BIENVENIDOS AL BLOG CON LOS APUNTES DE LIBÉLULA desde el 18 de enero de 2009


BIENVENIDOS AL BLOG CON LOS APUNTES DE LIBÉLULA INICIADO EL 18-01-09


EL
18 DE ENERO DE 2009 COMENCÉ A POSTEAR LOS EJERCICIOS REALIZADOS EN EL TALLER LITERARIO DE *EL CLUB DE LOS POETAS VIVOS*, UN GRUPO DE MSN, QUE ME QUEDARON DE RECUERDO DE AQUELLA ÉPOCA INOLVIDABLE, MUY CREATIVA Y DE GRAN AMISTAD.

Después de publicar los ejercicios literarios, me dediqué a postear textos que me interesaron por su contenido sobre diversos temas humanísticos.

SI ALGÚN VISITANTE OSADO QUIERE HACER LOS EJERCICIOS EN LOS COMENTARIOS, ME ENCANTARÁ COMENTARLO Y/O AGREGARLO.





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martes, 20 de noviembre de 2012

56. LOS 20 MEJORES INICIOS DE NOVELAS FAMOSAS



http://igolcher.blogspot.com.ar/2010/09/los-20-mejores-inicios-de-novelas_04.html





Los 20 mejores inicios de novelas 
La primera obligación de una novela- no la única, pero sí la primordial, aquella que es requisito indispensable para las demás- no es instruir, sino hechizar al lector: destruir su conciencia crítica, absorber su atención, manipular sus sentimientos, abstraerlo de su mundo real y sumirlo en la ilusión. El novelista llega indirectamente a la inteligencia del lector, después de haberlo contaminado con la vitalidad artificial de su mundo imaginario y haberlo hecho vivir, en el paréntesis mágico de la lectura, la mentira como verdad y la verdad como mentira”. 

Mario Vargas Llosa. (La verdad de las mentiras. 2002:213).

Dicen los narradores, especialmente los que practican otras formas de escritura como el periodismo, que la primera frase es lo más importante de un texto: si no logra capturar al lector, todo mérito posterior es vano. 
Según esta premisa, el inicio debe ser lo suficientemente seductor e intrigante como para forzar a quien lo lea a avanzar al próximo párrafo. Debe atrapar al lector cueste lo que cueste; caso contrario, él se irá por ahí, detrás de comienzos más prometedores, en el universo de páginas que se ofrecen a sus ojos.

Para aprender cómo escribir párrafos iniciales que cautiven, nada mejor que ver cómo lo hacen los expertos. Así que, si conseguimos que usted se haya quedado hasta estas líneas, lo invitamos a seguir un poco más y leer algunos de los comienzos preferidos:

Al principio fue una frase que te dejó aferrado al libro. Van en el orden del entusiasmo que despertaron, sin ninguna jerarquía.

1. Don Quijote. Miguel de Cervantes Saavedra. 
     "En algún lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…”
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Es quizás el inicio de novela más famoso, citado con frecuencia incluso por quienes nunca han abierto un ejemplar de esta obra. 




2. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez

Se comenta que Gabriel García Márquez ha llegado a dedicar meses enteros al primer párrafo de un libro. Veamos los resultados:

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” 





3. Crónica de una muerte anunciada. El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo, 







Cruce de tiempos: el presente de la muerte, el pasado de la remota niñez, dos iniciaciones opuestas. Y dos comienzos logrados, sin duda.


4.     Moby Dick. Call me Ishmael. Herman Melville.


Moby-Dick es una novela del escritor estadounidense Herman Melville publicada en 1851.
Trata de la obsesiva y autodestructiva persecución de una gran ballena blanca (cachalote) realizada por el capitán Ahab. No obstante, el tono de la novela, al margen de los pasajes que describen la persecución y transformación que va sufriendo el personaje, es eminentemente enciclopédico, incluyendo el autor extensas y detalladas descripciones de la pesca de las ballenas en el siglo XIX y multitud de otros detalles sobre la vida marinera de la época. Quizá por ello la novela no tuvo ningún éxito comercial en su primera publicación, aunque con posterioridad haya servido para cimentar la reputación del autor y situarlo entre los mejores escritores estadounidenses. La frase inicial del narrador («Call me Ishmael» en inglés, traducido al español a veces como «Llamadme Ismael», otras veces como «Pueden ustedes llamarme Ismael»2 ) se ha convertido en una de las citas más conocidas de la literatura en lengua inglesa. El túnel – Ernesto Sábato. (1948).
“ Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne…”.

5. Rayuela. Julio Cortázar.

                                   

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguirlas formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da cites precisas es la misma que necesita pape! rayado pare escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico" 

6. Ensayo sobre la ceguera - José Saramago



Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes de que se encendiera la señal roja. En el indicador de paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. La gente empezó a cruzar la calle pisando las franjas blancas pintadas en la capa negra del asfalto, nada hay que se parezca menos a la cebra, pero así llaman a este paso. 

7. Pedro Páramo, Juan Rulfo. 
“ Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera..."




8. La invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares. (1940) 



Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro. El verano se adelantó. Puse la cama cerca de la pileta de natación y estuve bañándome, hasta muy tarde. Era imposible dormir. Dos o tres minutos afuera bastaban para convertir en sudor el agua que debía protegerme de la espantosa calma. A la madrugada me despertó un fonógrafo. No pude volver al museo, a buscar las cosas. Huí por las barrancas. Estoy en los bajos del sur, entre plantas acuáticas, indignado por los mosquitos, con el mar o sucios arroyos hasta la cintura, viendo que anticipé absurdamente mi huida. Creo que esa gente no vino a buscarme; tal vez no me hayan visto. Pero sigo mi destino; estoy desprovisto de todo, confinado al lugar más escaso, menos habitable de la isla; a pantanos que el mar suprime una vez por semana.



                                           En referencia a 'La invención de Morel':
“He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releido; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta”.
                                                  Jorge Luis Borges
La novela de Adolfo Bioy Casares La invención de Morel (1949) obra fundacional de la literatura de anticipación, en la que a través de la ficción científica, policíaca y amatoria, concurren los tópicos del ingenio técnico, la reduplicación de la vida, los periplos de inmortalidad, los archivos de imágenes, los simulacros y finalmente los hologramas, alumbrando el estatuto ontológico de las imágenes en la nueva ecología de medios, cuestiones problematizadas por teóricos de la imagen como Jean Baudrillard, Paul Virilio o Susan Sontag. Dando lugar, finalmente, a una reflexión en torno al complejo paso de lo real a lo virtual en el cual el mundo de las imágenes amenaza por suplantar al mundo real.

En su mítica novela publicada en 1940, Adolfo Bioy Casares narra la aventura de un prófugo que se oculta en una isla aparentemente desierta –asolada por extrañas enfermedades en la que, sin embargo, descubre una forma peculiar de vida: la de un conjunto de personas cuya actividad a lo largo de un período limitado de tiempo es "proyectada" una y otra vez por una máquina alimentada por la energía de las mareas.
La invención de Morel es una ficción científica, policíaca y amatoria. Haciendo uso de una geometría implacable que pone en juego hipótesis que se van descartando analíticamente; la isla desierta, poblada de imágenes, en la que el narrador de la ficción se confina, se convierte en la prisión amorosa, en el paisaje filosófico ideal donde se asienta el amor, libre del mundo, entregado a sí mismo: isla de libertad, pero también isla interior, donde la pasión se va anudando a la mirada.

La obra se puede leer tanto como una fábula de amor trágico, como una arriesgada especulación sobre la relación entre el mundo real y el de las imágenes. 

9. Tres tristes tigres. Guillermo Cabrera Infante. 
Showtime! Señoras y señores. Ladies and gentlemen. Muy buenas noches, damas y caballeros, tengan todos ustedes. Good-evening, ladies & gentlemen. Tropicana, el cabaret más  fabuloso del mundo…




10.   Los detectives salvajes. Roberto Bolaño.



2 de noviembre. He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto, he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así.
Así comienza Los detectives salvajes, del escritor chileno Roberto Bolaño. Y así sigue: 3 de noviembre. No sé muy bien en qué consiste el realismo visceral. Tengo 17 años, me llamo Juan García Madero, estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. 


En pocas líneas, este inicio presenta al protagonista con toda la fuerza de la primera persona: con sus propias palabras y con su perspectiva. Pocos recursos son tan eficaces para interesar de inmediato.

11. Lolita de Nabokov: Comienzos embelesados, inicios que ya ponen en escena el tono completo de la novela: 
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.




12. La muerte de Artemio Cruz. Carlos Fuentes 




Yo despierto… Me despierta el contacto de ese objeto frío con el miembro. No sabía que a veces se puede orinar involuntariamente. Permanezco con los ojos cerrados. Las voces más cercanas no se escuchan. Si abro los ojos, ¿podré escucharlas?... Pero los párpados me pesan: dos plomos, cobres en la lengua, martillos en el oído, una… una como plata oxidada en la respiración. Metálico, todo esto. Mineral, otra vez. Orino sin saberlo. Quizás –he estado inconsciente, recuerdo con un sobresalto- durante esas horas comí sin saberlo. Porque apenas clareaba cuando alargué la mano y arrojé –también sin quererlo- el teléfono al piso y quedé boca abajo sobre el lecho, con mis brazos colgando: un hormigueo por las venas de la muñeca. Ahora despierto, pero no quiero abrir los ojos. Aunque no quiera: algo brilla con insistencia cerca de mi rostro. Algo que se reproduce detrás de mis párpados cerrados en una fuga de luces negras y círculos azules. Contraigo los músculos de la cara, abro el ojo derecho y lo veo reflejado en las incrustaciones de vidrio de una bolsa de mujer. Soy esto. Soy esto. Soy este viejo con las facciones partidas por los cuadros desiguales del vidrio.




13. La Regenta. Leopoldo Alas “Clarín”. 




Considerada por Mario Vargas Llosa la mejor novela del siglo XIX para España, es la historia de Ana Ozores, mujer de fina sensibilidad quien, gracias a su matrimonio con el regente de la audiencia, será aceptada por la mejor sociedad vetustense, pero su hermosura y delicadeza la convierten en víctima de la envidia de esa misma sociedad. 
    
                                                                           La Regenta

                                                                                Uno 
La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles, que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina, revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. 

14. El Señor de los Anillos . J.R.R. Tolkien








Cuando el señor Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado anunció que muy pronto celebraría su cumpleaños centesimodecimoprimero con una fiesta de especial magnificencia, hubo muchos comentarios y excitación en Hobbiton.




15. Ulises. James Joyce. 




La mañana del 16 de junio de 1904, salía de su refugio en Dublín Leopold Bloom, quien más tarde se encontraría en la calle con Stephen Dedalus...

Así comienza la novela "Ulises", que años después se convirtió en el libro modernista, más influyente del siglo XX. 
Es una revolucionaria novela que cambió el panorama de la narrativa del siglo XX. Cuenta el transcurrir de un día normal de Leopold Bloom, un vulgar hombre de negocios, casado y de religión judía. El tratamiento de un hombre corriente como si fuese un nuevo héroe homérico es uno de sus rasgos de modernidad; otra característica es el uso de innovadoras técnicas narrativas.


16.  Madame Bovary.  Gustave Flaubert
“ Nos encontramos en una clase cuando entró el director. Le seguían un nuevo alumno con traje dominguero y un bedel cargado con un gran pupitre…”


17. Me llamo Rojo. Orhan Pamuk:
«Encuentra al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente lo que hay en la otra vida.»



Pamuk ha conseguido una novela total. A la sabiduría de la mejor narración histórica se une el ritmo trepidante de la novela negra y una seductora historia de amor.

Me llamo Rojo nos introduce en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, una potencia que llegó hasta las puertas de Viena. Viajamos hasta el siglo XVI, el sultán desea inmortalizar su figura en un lienzo, pero la ley islámica lo prohíbe. La tentación vence y cuatro artistas trabajarán en secreto, elaborando un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas. Hasta que uno de ellos desaparece.

18. Tambor de Hojalata. Gunter Grass 



La ancha falda


Lo reconozco: estoy internado en un establecimiento psiquiátrico y mi enfermero me observa, casi no me quita el ojo de encima; porque en la puerta hay una mirilla, y el ojo de mi enfermero es de ese color castaño que a mí, que soy de ojos azules, no es capaz de calarme.

De modo que mi enfermero no puede ser enemigo mío. Le he tomado afecto y, en cuanto entra en mi cuarto, le cuento a ese mirón sucesos de mi vida, para que, a pesar de ese estorbo de la mirilla, me vaya conociendo. El muy buenazo parece apreciar mis relatos, porque, en cuanto le meto alguna trola, me muestra, para demostrarme su agradecimiento, su última figura hecha de nudos. Si es o no un artista podría discutirse. Sin embargo, una exposición de sus creaciones sería bien acogida por la prensa e incluso atraería compradores. Anuda cordeles corrientes, que recoge y desenreda en las habitaciones de sus pacientes después de la hora de visita, convirtiéndolos en complicados fantasmas cartilaginosos que sumerge después en yeso,...

Utiliza un lenguaje simple y de narración en primera persona y en algunos momentos en tercera persona, ya que la obra trata de su autobiografía.
Pertenece a la narrativa del siglo XX mezcla el realismo, lo macabro, la fantasía y el simbolismo, lo grotesco y la culpabilidad colectiva, es pícara, amoral, poniendo en evidencia la falsa moral, en algunos casos utiliza paradojas.


19. La metamorfosis. Frank Kafka.




     Portada de Alianza Editorial. 
**Llama la atención que el nombre del autor aparece en la portada,  entrecortado. 

                                                       Parte I

Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró en la cama  transformado en insecto monstruoso.  Estaba acostado sobre la  espalda, que era dura,  dura, como acorazada y levantando un poco la cabeza pudo ver  su  vientre convexo, color pardo, dividido por unos arcos rigidos; la manta había resbalado sobre esa superficioe y sólo una punta lo cubría todavía. Sus patas numerosas, de una delgadez lamentable en relación con el volumen del cuerpo, se agitaban frente a sus ojos.

                                                                ***
“ el hecho prodigioso, la transformación del pobre Gregorio Samsa en una cucaracha, tiene lugar en la primera frase de la historia, lo que instala a ésta, desde el principio, en lo fantástico”. M. Vargas Llosa. Cartas a un joven novelista. 1997: 107).


20. La casa de los siete tejados. Nathaniel Hawthorne




Cuenta la historia de una casa maldita. A finales del siglo XVII, en una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, el coronel Pyncheon, de formación puritana, decide construirse una gran mansión en el lugar donde antes estaba la cabaña de Mathew Maule –hombre rudo y sencillo–, que presentan como hombre turbio, y que fue conducido al cadalso a causa de acusaciones de brujería. 

El coronel, que preside el juicio condenatorio, no puede disimular unas intenciones torcidas, con ánimo de apoderarse del terreno de Maule. El día de la inauguración de la imponente casa, el coronel muere repentinamente.
“Dios le dará sangre para beber”. Esta frase, pronunciada por Mathew Maule al ser ajusticiado, es el foco que ilumina todas las escenas. Hay una maldición y, por tanto, un fatalismo que hará mella en las siguientes generaciones. Los personajes son actores de un drama social que va mostrando la ridiculez de las posturas engreídas que desprecian a las personas humildes, que piensan y obran con libertad, es decir, fuera del orden puritano establecido. Al mismo tiempo, la calidad de la prosa de Hawthorne destaca también el encanto de lo espontáneo, de la expresión personal libre, de las buenas obras e, incluso, de la piedad y seriedad religiosa realizadas con sincera espiritualidad. 


Gabriel García Márquez. Vivir para contarla. Bogotá. Grupo Editorial Norma. 2002.
En éste libro García Márquez confiesa los libros que marcaron su vida literaria: 
Destaca particularmente: La casa de los siete tejados. Nathaniel Hawthorne “me marcó de por vida”
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